lunes, 18 de julio de 2011

Botella, no sé, agua...

Botella, no sé, agua...

Joder… Lo peor es que yo creo en la palabra. Me la creo de pe a pa. Soy un adicto. ¿Qué me creo? ¿Qué tengo que ofrecer, qué dar? Nada. Soy un radical venido a menos, una especie de especia, menos que el orégano. Nadar en palabras, en jugos químicos, lo único. ¿Por qué tendría que ser normal? Arrepentirme de todos mis pecados sería lo lógico, conectarme a Internet hasta que me digan “Gracias. Aquí tienes una amiga” y eso siendo una poeta que vende. ¿Y yo? ¿Qué vendo? Escucho la radio a veces, tonterías…

No, no es ópera, es sufrimiento. Es cada pisada que rebota contra el cerebro al contacto con el playero gastado, ¡y duele! Bastante, la verdad… ¿qué iba a hacer yo? ¿Qué opciones tengo, mudarme? ¿Cambiar de piso, de nuevo? Ya me buscan por multas en media España, ¿a qué hacérselo más difícil? Con lo bueno que yo soy… ¡y optimista! Nunca me veréis quejarme…ni por enfados de mi mami, ¡ni nada! Sólo mirar la vida con alegría, ¡y  ya! ¿Qué otra cosa le iba a pedir yo a la vida? Si cuando me sumerjo en la ola que viene para pasarla por debajo, rezo un padre nuestro y confieso mis pecados, ¿estoy loco? Iván ni me cree.

Llevo ya esperando correspondencia ni se sabe. Y luego, la culpa de lo que me pase, es mía. ¡Y una leche! ¿drogas? ¿alcohol? ¿peleas? ¿sexo indiscriminado? ¿locura?... ¡¿Dónde están mis cartas?! ¡¿Dónde mis respuestas?! ¡Ni hablar! Yo no soy de los que dicen que la culpa es de otro, pero queda claro por qué ocurren las cosas en esta Ciudad.

Llego a “mi casa” exactamente a las tres de la tarde. Abro el buzón y sale de golpe, como si me hubiera estado esperando TODA LA MAÑANA. La soledad, digo. De golpe. ¡Boom! Como un estallido. Como una bomba.
Es girar la llave y dale que dale. Me pilla de sorpresa. Me jode pero bien… ¡a mí! Repito, ¡a mí! ¡Con lo bueno que yo soy! Ya sabemos todos que la cerveza está de oferta, y la locura…. En este barrio la peña solo piensa en eso: la priva, la jala, los pinchos que te dan con las consumiciones….y yo, ¿qué? Nada, un pincho, una empanadilla con un palillo clavado… fuera…la peña no se preocupa de otra cosa…Yo sí. Y no digo que sea más especial, pero joder… ¡yo perdono! ¡Yo os lo perdono todo! Me da igual la vida, ¡os la perdono! ¡Buena broma! Pero un apunte…  sólo por curiosidad… ¿por qué yo?
Bueno…no hace falta que respondan… sé que es una pregunta que no les gusta… pero yo a mi bola… son cinco pisos sin ascensor… creo que ya lo había dicho…pero… ¡No son sólo cinco pisos sin ascensor!... Son… y lo digo llorando, creedme… cinco pisos sin carta…sin mi respuesta… sin olor a FRANCIA.

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