martes, 24 de abril de 2012

Ciudadano Sexy espía a Bélez o El Anda-corre en su formato más clásico.

El recuerdo de la risa estremecedora bajo la falda de Chino Bélez me hizo morirme de curiosidad. Me agaché, oculto tras un matorral del parque, en la esquina, esperando que pasara con su habitual corre-anda, más bien anda-corre, pero bueno, qué más dará, ¿no? ¡No! ¡Claro que da! ¿Qué más da si el enano con el hacha se divertía gimiendo o riendo bajo las faldas de mi enemigo? ¿Qué importa si su risa pudiera ser contagiosa y pudiera haberme carcajeado a gusto? ¿Qué si me hubiera pillado y la cosa hubiera acabado en pelea? ¡Nada! ¡Cosas importantes! Para mí, minucias. Las cosas importantes me aburren y la Comedia es algo que me tomo muy en serio. Profundicemos pues:

El anda-corre de Bélez, siempre con prisa o intentando aparentar prisa (de mala manera, todo sea dicho) es, aunque el tío sea más o menos raro, es, digo...bastante común entre la gente hoy en día... Van a todos lados con prisa, en la ciudad de sobremanera... A todos lados digo...y los pobres (sobretodo en la juventud) que no tienen ninguna prisa, ningún destino (o destinos ridículos con motivos tontos en los que la prisa es poco menos que absurda), aparentan tenerla y se dan brío. ¿No es ridículo? Eso me encanta.

Chino es el perfecto ejemplo del capitalismo como forma de diversión. El capitalismo nos une en la ridiculez: un profesor de babosas rico e intelectual sobre actúa lo mismo que un joven deportista que cursa estudios y tiene amigos... Los dos actúan para el público, aprietan el paso al pasar por delante de un bar con cristaleras...¡Tenemos prisa! ¡que se sepa!... Y, lo que decía... que lo más gracioso, en realidad, es cuando de verdad tienen prisa... ¡Por ir a un gimnasio! Incluso a una clase... ¡Por conectarse a internet o por que cierran las tiendas! En verdad tiene jugo, pero destruyen pasados cómicos la mar de universales. ¿Cómo diferenciaremos a los que corren por que se están haciendo caca? ¿Y al loco que se pone la alarma del despertador para ir a beber al bar, y corre por que llega tarde a la hora feliz?

Bueno, el caso, para los normalitos de las historias, es que Chino Bélez pasó y ni me atreví a mirar bajo su falda. Ni si quiera sé si oí al enano o no. A veces pienso que sí, pero otras pienso que estaba tan obsesionado que era una imaginación...

No tengo la menor idea. Lo mejor es que no me importa. Pero, lo otro...