jueves, 28 de julio de 2011

Y la priva...

Y la priva…

Bueno, lo peor del trabajo…en realidad, era el sueldo. Lo demás, todo chupi. No sé por qué, pero no parábamos de hablar de beber. ¿Vienes hoy a una sidrería? ¿Tomas luego una cerve? ¿Te traigo un ribeiro cuando vuelva de Galicia? ¡Venga, joder, que te invito! ¡Te invito! Cuántas veces oí eso, y sabiendo lo que significa… ¡Sólo una, de verdad! Que yo no puedo liarme, que luego tengo que ir con mi novia… ¡que mañana madrugo! ¿Cómo me voy a liar? Venga Ciudadano…tómate una conmigo, que hace mucho que no vienes…

No parábamos con el tema, el temita como dice mi Marga… siempre que le insisto con algún tema…y no penséis mal…es con el tema del rascado, que me gusta que me arrasquen… ¡infinito!

Bueno, no os quiero desviar, que lo que pasa es que el temita…el alcohol, jopelas… ¡y tanto que le daban! Venga, si no desfasas ahora que eres joven, ¿cuándo lo harás? … ¿joven? ¿Yo? Pero… ¿y el espejo?

Pajita en los dientes, sombrero de campesino, dedos descalzos, escuchando country en el porche que no tengo, y botellas triple X de alcohol casero... es que siempre me obligan, me tientan… es como si el alcohol me necesitara… ¿para qué? Si este ya barrio está lleno de borrachos, jolín…

martes, 26 de julio de 2011

Papanatas

Papanatas

Pero en este caso no se trataba solo de engañar a la pobre gente…no… No era solo sacarles el dinero a ellos, también había que engañar a los jefes… era un trabajo, la verdad, difícil. Y te pagaban bastante poco… Claro que yo… con poco me conformo. Bien lo sabe quien me conoce. La crisis no me afecta, yo no tengo ninguna posesión que perder. Lo único firme que tenía hasta hace poco eran deudas, y las he ido pagando poco a poco, poco a poco, con mi esfuerzo (risas), porque tengo el defecto de la responsabilidad, y me pasa lo de siempre: me deben algo de dinero y el tiempo va pasando y nadie me paga, incluso a sabiendas yo de que han cobrado o de que se lo gastan en otras cosas… ¿y yo? Puedo deber algo de dinero y, en vez de esperar a que me paguen los que me deben a mí, corro a pagar mis deudas (carcajadas)… Es un lamento… Pero aún conservo una deudita muy preciada… y grande… grande para un trabajador, y más, con ese quasi-sueldo en aquel trabajo, pagarme por engañar a los jefes, dos carroñeros bien diferentes, que se te echaban encima de vez en cuando, pensando que riñendo a la gente iban a conseguir más productividad.

Hasta que un día me las piré. Lo llevaba ya pensando un tiempo. Estaba harto. Estupideces a mi alrededor a millares. Ni si quiera sabían escribir… aún recuerdo cuando pusieron placas en las puertas de la oficina… “SuCdirector”… También tenía tela el tema de la higiene. Uno olía mal, tenía las manos despellejadas y podridas. Otro compañero tenía halitosis, lo normal en la oficina era tener dos centímetros de longitud en cien (como mínimo) pelos en las orejas, aliento a café y a tabaco en cada uno, por no decir de sobaco o culo… Como llamábamos mucho por teléfono, yo me lavaba siempre SIEMPRE las manos cada poco, para coger el teléfono…y las toallitas húmedas para culito de bebé, siempre para limpiar los teléfonos… ¡qué asco! Recuerdo cuando conocí al más asqueroso, antes de darme la mano, lo cual intenté evitar, se chupó el meñique y se lo metió en la nariz (sacándose un moco), y abrió su amplia sonrisa desdentadamarillenta. Un lujo…

Por supuesto no todo era malo. También había mucho levantamiento de vidrio y daba igual como ir vestido. En mi caso, chandal. Claro que como carne, ¡pero soy vegetariano! ¿Qué tendrá que ver una cosa con otra? Siempre lo discuto: el paté no es parte del pato, sale del pato pero no es pato, ¡no metas la pata, papanatas! Y más…

jueves, 21 de julio de 2011

Opus 36.

Opus 36.

Que paz se respira hoy en mí. Me siento renacer por fin, después de tanto tiempo amargado y triste… Sólo fui un quejica.

Ahora me doy cuenta de lo fácil que es la vida y lo feliz que soy en realidad. Soy un afortunado, y sólo me quejaba y estaba amargado, molestando a los demás, que en realidad habían sido tan buenos conmigo. ¿Por qué fui tan malo? De verdad, no debería haber sido tan duro con la gente, incluso llegué a pensar de verdad que eran falsos conmigo y no querían mi bien… ¿cómo pude hacerlo?

Bueno, eso pertenece al pasado; ya no pienso en lo tenebroso, no… Ya no pienso en que todos estén a la mínima esperando que me pase algo, algo chungo… ¿la trena? Eso ya pasó… (espero)… la posibilidad de ir, me refiero… aunque siempre está la duda. ¿Las drogas, el alcohol, la soledad? Peccata minuta… Ellos quieren verme destruido, lo sé, ¡lo sé! ¿Cómo voy a auto engañarme, cojones? ¿Cómo recórcholis voy a pensar que me quieren bien? ¡Si sé mirar a los ojos! ¡Buitres, hienas! ¡La mentira personificada!

No, no…yo soy pacífico pero no pacifista dicen… ¡mentirosos! Aquí el menos violento ha reventado un par de caras… y sin motivo, ¡ojo! Por chorradas… Al final, todo es politiqueo. Uy, que malo es Ese Ciudadano, ¡es un terrorista! ¡Es un asesino de la Compañía! ¡Para él la Comedia sólo es Oro! ¡¡Mentira!! … Cojones…

Yo sólo hago esto, empezando desde el despertar, suponiendo que duerma, ¿vale? Voy a ello, imagínatelo como un trailer, a toda velocidad, sin tiempo para pensar en no pensar, ¡así de crudo!

ABRO LOS OJOS me digo a mí mismo que esto no puede continuar ESTIRO LAS PIERNAS Y LUEGO LOS BRAZOS grito ¡ESTO NO PUEDE CONTINUAR! Apago el despertador del teléfono móvil y me ducho con agua fría, pienso, me digo, ¡no! ¡Fría, no! Hoy te mereces algo mejor, calma tu carácter, quiérete. ¡LO PRIMERO ES RESPETARTE A TI MISMO! Me digo lo que me dicen… pero… ¿respetarme? Lo veo tan, tan lejano de la realidad… Lo juro… me gustaría respetarme… me gustaría quererme… SER PERSONA…todo esto desde la ducha… En monólogo interior… pensando en todos…no digo nombres…digo El Perro por decir alguno…pero nada, en TOD@S, inclusive no amigos acumulativo de sociedad imperativa CUANDO giro total de la situación y del grifo: AGUA HELADA ¡Es lo que me merezco! , perdón, ¡Es lo que te mereces! Me grito, repito, en monólogo interior. La cosa asciende, no de temperatura, que baja a mínimos, no de volumen, sino de intensidad, no sé si se me entiende, tampoco tiene por qué. Como una ópera, el canto final agudo desgarrado nítido y sobretodo, es la palabra, DOLOROSO, hiriente, que sólo grito yo por salvarme pero grita más fuerte el que me ahoga. Cae por mi cabeza el chorro helado y casi ni tirito, FUEGO es lo que tengo en el pecho, en el corazón, diría que también por sobre los pulmones… Un fuego que tendría que sacar y dar calor a mi Familia…a mis Amigos… ¡estoy tan obsesionado! ¡Estoy tan acabado! ¡Me compadezco tanto de mí mismo!... pero tío,… ¡Mírate los pies! ¿Es un chorro de agua helada? ¿Es sangre? ¿Qué es? ¿Qué tengo en los pies? El principio de todas las cosas, joder, la Desgracia…es lo único que tengo a los pies…entonces…y digo, repito, en monólogo interior, sitúate, en la ducha, a las siete y diez de la mañana…todo en un minuto… ¿Qué fue lo peor que hice hasta ahora? ¡Ya lo dije! ¡¡ABRIR LOS OJOS!!

Demasiado, demasiado. Pero incluso me da tiempo a auto lamerme, digo lamentarme, de la presión de la ducha, TAN floja para mi gusto. Me gusta el choque de agua helada a toda hostia, a toda hostia, a toda hostia… Dame lo que necesito porque tengo el pecho ardiendo y el fuego me quema por dentro, ardo y me lloran los ojos y lloro y confundo mis lágrimas con la ducha, que están calientes mis lágrimas y el agua HELADA pero se mezclan, y mi pecho… ¿mi pecho? Me va a estallar… Me toco todo el rato el corazón… Me tomo el pulso… esto cualquier día… ¡plam! ¡PLAS! Se acabó. Contad mi historia al mundo.

Y sigo, sitúate, recuérdalo, en la ducha, unos treinta segundos para decirme, mentalizarme, ¡toma el café con El Perro! Aguántate a ti mismo, chaval, ¡que te pierdes!
¿Perderme? ¿Más? Pero… ¿se puede?

Oye tronco, ¿y Los Colegas? Estoy en la ducha, ¡te lo tripito! Sí…sabemos que estoy en la ducha…pero… ¿y Los Colegas? ¡¡¿Dónde estáis?!! ¿No iba en serio? ¿No soy un mentiroso por denunciar vuestra falsedad? Entonces, ¿dónde estáis? En la ducha, conmigo, ¡no! Y menos mal… porque es pequeñita y no cabríamos…bromas a parte…Imposible. Yo no se Hablar En Serio… pero digo más verdades que nadie…y Nadie me calla. Digo lo imposible por que lo vivo… Aquí…desde la ducha… Por cierto… ¿te he dicho cómo estaba? Si, creo que sí…

-HELADA-inepto o amigo o desconocido con los sentimientos a flor de piel, dijo-

-¡NO!- Grita Ciudadano- … ¡No!...Cojones… te lo tripito…

¡¡ARDIENDO!!

Cojones… si te lo había dicho…ARDIENDO por dentro, quemándome los pulmones…y por fin…sí…amigos de “La Historia”…cierro el grifo, sí, sí,… sin mojar el suelo, ¡soy considerado a pesar de estar AL BORDE de cualquier cosa! Exacto. Y con fuego suficiente como para quemar lo ignífugo, el Gran Cañón de Mis Tempestades. ¡Exacto! ¿Ahora te das cuenta? ¡Soy culto! YO también estoy INDIGNADO, pero de verdad. Y sí, mis pies…lo importante… la historietita… mis    piececitos… tan solos entre los restos de sangre…que ven mis ojitos de niño pequeño, calmado por el agüita fresca… ¡no!  No es sangre, es agua, restos de agua y algún pelo, negro, como la vida que llevo desde que, cuatripito, ABRO LOS OJOS.

Hay gente que tiene miedo de enfrentarse a su realidad, a su vida, a su droga. ¡Yo no! Yo estoy aquí, mirándome los pies, y pensando… En la casa de mi madre, aquel día que me salió un grano y no quise bajar contigo, mi amor, (aquel amor), me quedé bebiendo, alcoholizado, y sintiéndome solo… Sabiendo que tú estabas ahí abajo, en la sidrería, riendo, y te conté que no podía bajar por… a saber qué mentira me inventé…ni me acuerdo… ¡pero por ti! ¡Joder! ¡Por el grano, por gustarte! Y recordé…al mirarme los pies en la ducha, recordé que ése fue el día que descubrí, como algo poético, que cuando estaba solo y TAN enamorado, metido en la cama y borracho, me frotaba los pies desnudos entre sí, y la vida pasaba.



Sí, conseguí salir de la ducha. Tengo un espejo, me miro por las mañanas con o sin barba, depende del día. Me miro a los ojos, fuerte. No sé por qué. No quiero ser diferente, no lo quiero, Dios, Jesucristo MI Señor lo sabe. Pero la realidad, es esta: No, no me miro la barba, no me miro las lagañas, no me miro el corte de pelo… Por desgracia, ¡no! Salgo, mojado, desnudo…Me miro fuerte, duro, muy duro… A los ojos, en el espejo. Me los miro profundo, a lo negro. Me pregunto por mí, ¿qué fue de mí, quién eres, qué quieres?...esas chorradas… Me miro duro…con La Llama ARDIENDO.

Luego, no te preocupes, ya no es para tanto. Ya pasó lo duro. Me seco con la toalla… Me palpo de vez en cuando el corazón: me va a mil por hora… no es tan duro… no pienso tanto las cosas… me seco…me visto…me echo colonia…ya está. No es tanto…Vamos allá… No te sabría decir el tiempo, amigo, si me lees…pero habrán pasado unos cinco minutos…Me acabo de despertar, como una fiera… Luego…El resto del día…Podría decirte “viene lo peor”, pero no, no viene lo peor. Lo peor es cuando abro los ojos…y me ducho…y me miro en esos ojos…que por mucho que afirme el espejo yo sé que no son los míos…

miércoles, 20 de julio de 2011

La divina chorrada.

La divina chorrada.

Alguien me dijo alguna vez un chiste… ya lo olvidé…el mejor es El Perro, que me dice que tengo que conseguir un gato, que me hará mucha compañía… ¿Sabes qué? Recuerdo mucho a mi Abuela. La perdí hace unos años…ni se sabe… Estaba yo siendo un chico popular por ahí… A mi bola… Montando mis historias…y me cortaron el rollo. Me la hicieron pero bien… ¡eso sí! ¡Lo quiero dejar claro! Sin ninguna mala intención…me hicieron El Corro… La Familia digo, sí… Yo era El Chico… no El Hombre, ¡no, coño! El chico que estaba moviendo la Comedia…no recuerdo mi edad…mis papis no lo aprobaban, ellos querían que estudiase…pero yo lo hacía en el Albé, en el Parqué… me sonrojo sólo de pensar en hablar de esto…pero es mi esfuerzo…tengo que hacerlo, ¡joder! Para ella, para ti… Confieso que me flipaba Víctor J…

Lo hacía en el Albé aquella noche…y ella, la pobre…una cristiana…la cristiana más bondadosa que he conocido… se murió.

Mi papi, La Familia al completo…montaron La Historia… A pesar de que no aprobaban mis negocios a tan temprana edad, decidieron hacer El Corro en el piso donde vivíamos y dejarme acabar mi bussiness… Lo hice, y lo normal, antes, en la divina Chorrada, era irse de fiesta…tomarse unas cerves…me encanta. Salía, El Rey del Mambo ¡como ahora son mis enemigos!

En Gijón hay una fiesta…el festival de cine… es importante aquí. Pues yo iba, joven, con pase V.I.P., con algún famoso… en fin, ese era El Rollo. Yo y mis historias… Ya te lo dije…si me das la oportunidad, te contaré, Yo estuve aquí, hice esto, hice aquello…Por Dios, ¡no lo hice todo!...pero escúchame…algo hice.

El caso es que tocaba la fiesta posterior a la ComediaLa Divina Chorrada, la fiesta…Y aparece mi papi…me dice que tengo que ir…voy…muerta…mi abuelita…tan buena…

Ella me dio un beso en el hospital, la última vez que la vi… Ella ya se veía sin fuerzas supongo… Y me fui a la divina Chorrada…Digo a la Comedia, esta vez… ella me dio su último beso, si La Familia no me engaña… Antes de morirse besó a su nieto preferido, y luego se fue al Cielo. Yo me creo La Historia. Me la quiero creer, al menos.

¿De qué me serviría preguntarle a mi papi, el único sincero, por cierto, de todos los que recuerdo estaban en El Corro, que si el último beso de mi abuela fue para mí? ¿Qué ganaría si me dijera que no? ¿Y si me dijera que sí? Nada… Ya se lo que va a pasar con eso: NADA. Mi abuela está muerta. La Comedia se acabó. La divina Chorrada es una adicción que trato de frenar. Y punto. ¿Qué más? Ah, claro… El Corro…ya no existe.

Tampoco me lo iba a tragar toda la vida, sólo lo escupo aquí, ahora, como un recuerdo… ¡mierda! ¿Qué hago? Otra vez… Me llaman… pero decía que es sólo un recuerdo, tan solo un recuerdo, un Corro, una Trama… la divina Chorrada, la Comedia, los Falsos Amigos (inexistentes), Amigos distintos de los Falsos Amigos, en fin, coches caros, fiestas, ser un V.I.P., ser un acabado, un viejo… Créeme, lo peor que te puede pasar es acabar contando tus batallitas a un desconocido… ¿Conoces el mundo de la droga? ¡Mira a un borracho a la cara! Borrachos llorando mares de lágrimas con un porcentaje de salinidad menor que de alcohol. ¡Acabados! La gran minoría, sin nadie que les espere en casa…sin una buena chica… Dios mío…Tan buena… ¡ni te lo imaginas! Un último recuerdo…a parte de placeres personales que me daba… era que si alguien estaba viendo la TV, se podía pasar horas sin cruzar por delante de ella para hacer lo que tuviera que hacer, por no molestar, por no estropear tu visión de la TV un segundo…y la vi meterse inerte en la incineradora…desde luego, ahí se te empieza a cortar el rollo de la Comedia, de las fiestas con stand-ups o con famosos……….. ¿O no?

BLOG (Del propio a/de ;; comiendo menos que, ¿por qué nombre te conocen? ¡¡!!)

Qué confuso es para mí pensar... Y bajar las escaleras, ni te cuento. Dan las diez en punto y mi compañero de trabajo me dice:

-Vamos a tomar el café.

No sé… Entiendo que un noventa y nueve por ciento de la gente que lea o escuche esto lo vea como algo normal… lo pase por alto… incluso lo digan de vez en cuando… pero…. ¡¡YO NO!! Es para mí una locura escuchar estas palabras… pero… ¿café…de qué? ¿Qué sentido tiene? Ir…pedir el cafetito…. Que te digan a la orejita “está buena la camarera, ¿eh?”…que te digan a la orejita “¿al salir tomamos algo? ¿Una birra?”…que te digan… ¡Bah! Apestas, Ciudadano, ¿qué haces? ¿Te vienes a tomar el café? ¡Pero si el mundo se me derrumba! Si ni si quiera entiendo lo que es el mundo, que creo que me estoy volviendo loco. ¿Por qué? Pues verán, poniéndome todo lo serio posible, diré… que creo que es por que no me interesa el dinero… No pienso en ello… Me da igual… No quiero ser rico…y creo que por eso piensan… o saben… lo mío. Lo mío es tan grave… ¿verdad? ¿Quién quiere tener una conversación conmigo? Yo que les diré: fui esto y lo otro. Conquisté a esta y a aquella, incluso a aquel. Yo que cuento mis batallitas… pero peor… ¡como un narcisista! ¡Como un egocéntrico! … Que, joder…me bebo unas copas y te lo cuento… ya lo dije… “Yo fui esto y aquello, ¡y más!” Y peor…me llaman El Loco de la calle Zoila (según El Perro)… pero me parece insulso… yo una vez escribí un libro que se llamaba Los estúpidos asesinatos de la calle Zoila… Una historieta sobre un asesinato a pollazos en un ambiente como de cine quinqui… mi amiga leyó también LCCP… Los Caballeros del Club de la Priva… Inacabada también… Una historia de un tío que sueña con cuatro borrachos anteriores a su época, a la suya, sí… No a la mía… pero… ¿Qué hago? Estoy en Internet, ¡he llegado a la blogsfera! O como recórcholis se diga. El Hombre estornuda. ¡Achís! Y paso de página. Y pasan mis páginas escribiéndose a una velocidad vertiginosa, sin tener ningún tipo de control. Y por lo menos me gustaría tener una Lili, una amada que SIEMPRE estuviera para apoyarme, y un gato, y decirme SIEMPRE lo que quiero oir.

Cuando me queje de la gente, cuando me queje del trabajo, cuando me queje, en definitiva, de mí, que me dijera… así, a la orejita… No te preocupes…Eres un santo, eres muy bueno… ¿Es que no lo ves? Has estado en Burgos, en Madrid, en Galicia…me dice El Perro… porque…aunque sea de la más baja calidad…si…esto que escribo…lo hago desde el trabajo… Y me dice El Perro: ¿Qué estás escribiendo ahí, las Memorias de C.S.(aquí, mi nombre real, que en realidad no existe, ya lo explicaré más adelante, quizás con unos Cacaolats de más)… Yes un monstruo… ¡pero de lo feu que yes!... Nun ye lo mesmo chupar un chupu que que te la chupe un chepu…y más…miles, cientos, decenas… dos o tres en realidad… Tiendo a exagerar… supongo, que te lo imaginarás. En tu casa, en tu sofá, sentado en una silla. Yo solo valgo de uno en uno, como en las peleas de honor, uno pa uno. Me refiero a hablar…poco a poco…con amistad…como introduciendo un pene gigante…poco a poco… ¡no blasfemo! Quiero amar la vida, la quiero al pasar bajo la ola, la ola con su espuma esperándome…. ¡me olvidé de vivir! Conduje un coche y lo perdí por las mariposas, ¡ellas flotaban! ¡Me distrajeron!

También conduje una furgoneta… Conduje otra furgoneta…. Conduje dos coches… Una furgoneta en Terrassa… Mi coche en Asturias y en Barcelona…lo estrellé en Sarriá de Ter…ciudad sexy, le debo la vida a la clase obrera…en concreto a un obrero de allí…la vida digo… ¡y la libertad! Sólo soy un idiota… Conduje una furgoneta a Madrid, una furgoneta en Avilés… Conduje dos coches en Asturias, pero también me fui con ellos a Salamanca, a Cuenca, a Valladolid, a Madrid, a Barcelona, a Toledo, a Burgos,a León, en fin…también recuerdo conducir un cochecito pequeñito cuidadito de un TRAFICANTE de Mieres hasta llegar a un paraíso natural…reserva de la biosfera mundial…y yo tan triste… Sólo me iba a los viajes para dar un tiempo al cartero para que metiese sin yo verlo la carta tan esperada. La carta imaginada, la carta de la mentira y la locura BLANCA como dijeran… ¿cómo dijeron? Ni me acuerdo. Yo de locura en locura y tiro por que me toca… Bailemos, por que hoy me abandona una persona que ni si quiera aprecio, y me hace morir… Bailemos por un día sexy.

Dijeron “yo no estaré en una revolución si no hay baile”, una frase de alguien…más o menos así… seguro que un autor de un poema sinfónico, un ruso… en cualquier caso yo diría “no estaré en un baile en el que no se baile”…por otra parte… ¡Yo no bailo!... y más…

martes, 19 de julio de 2011

JURO DECIR LA VERDAD Y TODA LA VERDAD… es lo único que tengo

Pero, ¿qué dices? ¿Y la mentira? ¿Y la bella mentira?... Tantas alegrías te ha dado… ¡ingrato! ¡Yo la quiero, yo la amo! ¡Vámonos de viaje! Te invito… Mejor no, ya me aburro de mí mismo. ¿Qué te voy a contar? ¿Alguien sabe lo que es mirarse al espejo? Verte en un espejo de un desconocido en realidad; Con muchos más pelos que tú en el sobaco y en los brazos. Con un acento diferente… ¡sin racismos! Sólo verte ahí, los dos sacándose la cera de los oídos… por favor… ¡plagio! ¡asco! ¡Saquen el dedo de ahí, no lo pienso decir dos veces! (pero al final lo dice, y más de dos)…

Yo, un señor otrora apuesto, que paseaba por el parque… ¡que me dormía en el parque! Sí, sí… y me levantaba porque me echaban agua en la cara… que si no… ¡Iban dados! ¡Cuatro! Y no me explicaba de dónde salía el agua… me lo había tirado un ente, un fantasma… ¿de dónde saco los datos? Pues verás… me quedo en mi casa, veo la tele… veo las motas de polvo… ¡cobran vida propia! Me levanto y doy un paseo de treinta minutos exactamente… luego me tomo un cafetito con El Perro… el hijo puta ya está pensando en cocaína desde las siete de la mañana, es un problema… Henry Miller decía algo así como “Si quieres saber lo que significa realmente la amistad, tienes que alejarte de tus amigos”… Muy bueno Henry… pero para eso, primero hay que tenerlos…

Luego, otro alguien decía “Si quieres saber si alguien es tu amigo de verdad, haz que te metan en la cárcel”. Del autor de esto ya ni me acuerdo; De todas formas, seguro que alguien que ha sufrido mucho. Los presos… ¡yo no lo he sido! ¿Cuándo lo he dicho? ¡Ni ganas! No quiero tener nada que ver, no quiero estar cerca… bueno,… me gustaría ayudar… y si hubiera salido todo bien, ayer tendría un librito de un preso…pero no importa… si no me llega la carta que espero… ¿a qué esperar devoluciones? Si tengo la biblioteca aquí al ladito… nada anarquista… pero bueno, si no les devuelvo un libro que tengo, me penalizarán, y cuando lo devuelva y me digan que tengo penalización, me dirán que no pasa nada por esta vez, que me la quitan y que coja lo que quiera, y así, siempre. Creo que es por justificar su puesto de trabajo, ¿no? Cuantos más libros se saquen o servicios se utilicen, más se justifica su puesto…además…que son buena gente, hombre… ¿Cómo voy a pensar mal de los funcionarios de la biblioteca? Si tienen unos baños estupendos… Un olor que ni en las películas de Fred Allen… Claro, que Fred Allen no existe, pero, ¿os lo imagináis? ¿Me lo imagino yo, si quiera?... Lo dudo… ¡qué tormento! ¡Trabajar, vivir, imaginar! Todo en uno, y un mordisco en la oreja recuerdo de la última pelea con la parienta. Cuanto amor, qué sexy. Qué vacío…el buzón…

lunes, 18 de julio de 2011

Botella, no sé, agua...

Botella, no sé, agua...

Joder… Lo peor es que yo creo en la palabra. Me la creo de pe a pa. Soy un adicto. ¿Qué me creo? ¿Qué tengo que ofrecer, qué dar? Nada. Soy un radical venido a menos, una especie de especia, menos que el orégano. Nadar en palabras, en jugos químicos, lo único. ¿Por qué tendría que ser normal? Arrepentirme de todos mis pecados sería lo lógico, conectarme a Internet hasta que me digan “Gracias. Aquí tienes una amiga” y eso siendo una poeta que vende. ¿Y yo? ¿Qué vendo? Escucho la radio a veces, tonterías…

No, no es ópera, es sufrimiento. Es cada pisada que rebota contra el cerebro al contacto con el playero gastado, ¡y duele! Bastante, la verdad… ¿qué iba a hacer yo? ¿Qué opciones tengo, mudarme? ¿Cambiar de piso, de nuevo? Ya me buscan por multas en media España, ¿a qué hacérselo más difícil? Con lo bueno que yo soy… ¡y optimista! Nunca me veréis quejarme…ni por enfados de mi mami, ¡ni nada! Sólo mirar la vida con alegría, ¡y  ya! ¿Qué otra cosa le iba a pedir yo a la vida? Si cuando me sumerjo en la ola que viene para pasarla por debajo, rezo un padre nuestro y confieso mis pecados, ¿estoy loco? Iván ni me cree.

Llevo ya esperando correspondencia ni se sabe. Y luego, la culpa de lo que me pase, es mía. ¡Y una leche! ¿drogas? ¿alcohol? ¿peleas? ¿sexo indiscriminado? ¿locura?... ¡¿Dónde están mis cartas?! ¡¿Dónde mis respuestas?! ¡Ni hablar! Yo no soy de los que dicen que la culpa es de otro, pero queda claro por qué ocurren las cosas en esta Ciudad.

Llego a “mi casa” exactamente a las tres de la tarde. Abro el buzón y sale de golpe, como si me hubiera estado esperando TODA LA MAÑANA. La soledad, digo. De golpe. ¡Boom! Como un estallido. Como una bomba.
Es girar la llave y dale que dale. Me pilla de sorpresa. Me jode pero bien… ¡a mí! Repito, ¡a mí! ¡Con lo bueno que yo soy! Ya sabemos todos que la cerveza está de oferta, y la locura…. En este barrio la peña solo piensa en eso: la priva, la jala, los pinchos que te dan con las consumiciones….y yo, ¿qué? Nada, un pincho, una empanadilla con un palillo clavado… fuera…la peña no se preocupa de otra cosa…Yo sí. Y no digo que sea más especial, pero joder… ¡yo perdono! ¡Yo os lo perdono todo! Me da igual la vida, ¡os la perdono! ¡Buena broma! Pero un apunte…  sólo por curiosidad… ¿por qué yo?
Bueno…no hace falta que respondan… sé que es una pregunta que no les gusta… pero yo a mi bola… son cinco pisos sin ascensor… creo que ya lo había dicho…pero… ¡No son sólo cinco pisos sin ascensor!... Son… y lo digo llorando, creedme… cinco pisos sin carta…sin mi respuesta… sin olor a FRANCIA.

sábado, 16 de julio de 2011

Pero, ¿por qué yo?


Pero, ¿por qué yo?

No paro de preguntármelo, y, peor aún, de preguntárselo. Ya sé que soy un pesado, tronca, pero más pesado es mi cerebro, mi mente, que no me deja en paz. ¡Nunca! ¿Qué tengo que hacer? No lo sé, ¡COMPRO ORO!

Hay tipos de oro y ORO. Y el eterno dilema de si pudiera ser más simple o más tonto para ser más feliz y no tener pensamientos de suicido A CADA SEGUNDO excepto cuando nado en la playa (¡por eso quiero que te metas conmigo al agua!)… Es, de todas formas, un pensamiento tonto, ya que ningún genio de la lámpara se me va a aparecer para concederme el cambiar de mente con cualquier lelo. Entonces, ¿por qué? ¿Por qué yo?... Es una lata tener todo el día a alguien que no te entiende al lado, que te riñe y te mal interpreta todo el rato, y sólo rebajándote a su nivel puedes llegar a un mínimo de entendimiento. ¡Con lo felices que son las palomas! ¿Y yo qué? Todo el día a remojo, como los peces. No lo aguanto más.

Y sí, sí, sí… Ya sé que con quejarme no gano nada, ¿y qué? ¿Qué hay que ganar?... Dudo mucho que nadie se vaya a reconciliar conmigo, yo, que aparenté ser tan majo al principio, ¿verdad?

No importa; Conoceré a alguien. Me llevará al cine. Pediremos palomitas (yo discutiré con los camareros de dentro del cine porque no hay tamaño grande de cerveza, pero coño, lo indignante es que no te dejen echar dos cervezas en un vaso de Coca-Cola grande, ¡absurdo!), y, entonces, la persona en concreto a la que esté engañando en ese momento empezará a darse cuenta de que soy un poco rarito. ¿Y qué? Fin de la historia.

Si es un poco especial quizás sea yo quien la lleve al autocine, ¿y qué?... ¿Para cuándo alguien que me enseñe algo a mí? Algún maestro, algún gurú, lo que sea… Yo no paro de buscar la paz espiritual, pero siempre está ahí la tentación de auto lamentarse… casi digo auto lamerse, que también… en cualquier caso… aquí dentro no ha habido Paz nunca…

¿Cómo hallarla?... ¿cómo dejar de pensar? Así, sin más… es lo que quiero… quedarme en posición de yoga… en la posición del loto creo que se llama… estar en paz si quiera un ratito… dejar de ver a los conocidos como pitufos interesados… como abejas que trabajan para una reina que es mi mayor enemiga… como si yo solo fuera un zángano inadaptado y me comieran hormigas diminutas por dentro poco a poco…primero de dentro del pie hasta fuera y roer las uñas… como ratas…. ¿por qué yo?

Que solo quiero salir del cubo de basura en el que llevo dentro ya tantos años, desperdiciados por un vano intento de ser lo que no seré nunca. ¿Y el genio? A ése no le veré yo el pelo en vida… Conocí un día a un tipo al que le llamaban El Perro de las Mil Quinientas… lo más parecido a un genio bondadoso que conocí… En realidad, era un hipócrita…de los buenos…ya lo sabes, el dog, el perro… un cachondo, eso sí… pero tampoco él compartía mi sentido del humor…nadie lo hace…quizás ni si quiera lo tengo… Me gastan la peor broma y ni si quiera la pillo. ¡Los sustos! ¡Eso sí! Bien lo saben los que me conocen… tú también…y El Perro también…

Me asusto con tanta facilidad como una mosca se choca contra la ventana cerrada. Es de risa, ¿no? Pues pregúntale a la mosca. Mi vida es una vida de mosca, ¡pero con conciencia de ello! Me siento un insecto, ¡por que lo soy!... pero lo malo…lo malo es que yo sí sé que lo soy... ¡los demás no! Pregúntale a una mosca si le hace gracia chocarse contra lo invisible, no ver por qué fracasa a cada intento, o, peor aún, ver que algo tan simple como un fino cristal es capaz de arruinar TODO lo que le importa en la vida. Te aseguro que no es divertido. Claro, para el que mira desde fuera, sí. Los chistes físicos a la gente le encantan. Al que se da la hostia desde el columpio, no. Luego, con el tiempo, se olvidan del dolor y se ríen… Eso te da una idea de lo terapéutico que es el tiempo. Pero a mí el tiempo solo me hace pensar en que pronto tendré la próxima hostia, y luego, ya no me dará tiempo a que el propio tiempo terapéutico pase para poder reírme de ella. Así, solo puedo pensar en la hostia, en la mosca que choca, en lo cansado que estoy…

Claro que acabo molestando con tanta queja, pero, ¿qué cojones voy a hacer? Si sólo me salen quejas, ¿por qué no quejarme? Me quejo y me re-quejo. Y odio tanto mi vida como quejarme, y más en tanto que mi vida es una queja y en quejarse se basa mi existencia. Ni Chaikovski tuvo hijitas el pobre… ¿se puede comenzar una adicción ya siendo mayor? ¡Claro que sí!

Yo, que soy un marginado, estoy catalogado, según los estudios de Proyecto Hombre, como perteneciente a uno de los sectores más vulnerables para caer en Las Drogas. ¡Dios me libre!

El tío de Proyecto, dice que el mundo de las drogas es un mundo de sombras y sin ninguna luz. Sí, pero, luz, ¿dónde? Yo ni con ellas ni sin ellas. Ni con deporte, ni con estudio... ¡ni nada! Aunque acepto que las drogas que te venden como luz no son luz, son drogas. Sí, pero, ¿y la luz? ¿Y la gente que ve las drogas como luz? ¿Y la gente que es feliz con drogas? Yo debo ser un amargado o algo así, porque ni con ellas, ni sin ellas.

Lo último fue lo del Loro. Me quise comprar un Loro. Él me haría compañía. Pero luego, las complicaciones. Vale una pasta, y si ya sabe hablar, más. Si no, se tarda años en conseguir que aprenda a hablar, y mientras tanto, yo, ¿qué? Me olvidaría de hablar casi, que aunque hable solo, como hoy desde el trabajo, lo hago con el ordenador, por que mi letra ya ni la entiendo. Además, que no tengo fuerza para coger un bolígrafo desde casa…como mucho... impulsado por la cerveza o el vino…el vino… la consciencia de vivir y de sufrir la vida… Ese no poder ya más… Sentirme como una señora de cuarenta años con TANTA depresión…

Sin fuerzas casi para despedirme de la flor... Para gritar al mundo lo sexy que siento esta derrota que llevo encima, cubriéndome de pies a cabeza. Y la cabeza empapada en algo pringoso, como un huevo de semen que se me rompe encima del pelo cada vez que me levanto por la mañana y me acuesto por la noche…Y en lo real, la almohada, tan sucia. Sin sábanas, todo tirado a mi alrededor, como una vida más echada a perder en una ciudad tan bonita. Es prácticamente increíble lo que el alma te puede hacer pensar, a pesar de todo lo bello de tu entorno. Ser la piedra más negra y oscura en un mundo de aparente luz, donde sólo se ve la luz al final de la luz, la negrura más oscura que la imposibilidad de andar de puntillas para un pies planos. La vida, que pasa, y me deja tirado, sin luz, sin sombra, sin nada.

jueves, 14 de julio de 2011

5

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El Ciudadano Sexy soy yo. Lo que tengo que decir es mucho, complicado, y, por qué negarlo, denso.

Mi vida en las terrazas de los bares ya se acabó hace veranos. Ahora y en la hora de mi muerte amé.

De que me sirvió ser conocedor de horizontes inexistentes no lo supieron ni los que me llamaron loco recuperado, que se jactaban de quererme más por ser la oveja perdida que vuelve a la manada, sin saber si quiera a donde me había ido. Yo creo que tampoco les importaba mucho a todos esos pibes lo que yo hiciera o dejara de hacer, lo que yo pensara o dejara de pensar. Y, como no, lo que yo dijera, les traía sin cuidado. Desde que hablo me toman a broma. Cuando cito la verdad suprema que mi cerebro fabrica para la libertad de mi cuerpo y sobretodo de mi alma, mis doctores, jueces, y demás personas queridas, amén de los policías del pensamiento, que en otro tiempo llamé amigos, son los que izan la bandera blanca de la condena por la broma, por la inercia de la palabra no dicha pero pensada casi en alto, atronadora en mis oídos mágicos de telépata. Yo se por qué me condenáis los que no me entendéis.

Imponen el castigo al que en otro tiempo fue bendito. Le cargan las culpas al gato, al más válido. Yo nunca quise desaparecer entre la neblina de mi propia locura. No decidí en ningún momento que esta angustia que me arde en los pulmones y que me va devorando tan rápido se consumara. Cada noche enroscado en la habitación blanca lloraba una lágrima de esperanza, pensando en que me llamarían y me salvarían de la soledad. Y esa precisamente era la lágrima de la Comedia, la que se reía del gato en forma de ovillo cuando sus padres se ausentan en la noche.

Así, aprendí a reírme de estar solo y consumir LO QUE FUERA para poder seguir riendo, empezando por las chocolatinas. Navegué noches enteras felicitando la navidad a la gente de los chats que nunca iban a entenderme. ¿Cómo cojones iban a hacerlo? Si lo hicieran, estarían majaras, y que solo me hagan caso los majaras no creo que fuera una buena ayuda, aunque  los policías que me pegan, los jueces que me condenan y los doctores que me anulan nunca han pensado realmente en ayudarme. Sólo me enorgullezco de no haber entrado en la sala de aquella pitonisa, mientras esperaba cita con mi abogado y estaba tan, tan preocupado. Quería gastar todo mi dinero por culpa de mis impulsos, igual que en esos chocolates o taxis con los que dilapidé mi pequeña fortuna, de la cual, por cierto, mis enemigos (ahora me doy cuenta de que no eran tan enemigos, en tanto que hicieron más por mí que cualquiera de los que llamé amigos alguna vez) ya habían pillado un buen cacho de ella. Que lo disfruten, ahora son los reyes del mambo. Y yo, que fui un joven con ilusión y convicciones, estoy tirado sobre mi propio pensamiento, viendo como el barco se hunde a una velocidad increíble.

La Broma ha sido bonita hasta ahora, mas tengo por seguro que va a seguir hasta extremos que ni yo me imagino. Y sigo siendo sexy. Y aunque no vislumbro los límites de mi propia broma, sí me imagino el entorno cuando se culmine el chiste final.

Se alzarán en protestas grupos por los derechos humanos en contra de la Comedia. Habrá boicots para que las carcajadas a raíz de mi existencia se moderen. Se fraccionarán grupos revolucionarios violentos que quieran dejar las armas asustados de su propio poder cómico-destructivo. Erigirán monumentos míos alrededor de mi cuerpo vilipendiado e impondrán multas a todos mis camaradas del alma que hayan pasado a ver mi cuerpo inerte para escupir y mear una vez más en él. Se harán camisetas con frases que pidan mi liberación del mundo cómico y su irrealidad. Un viejo se meará en las cuencas de los ojos por intentar imitarme, y, en consecuencia, prohibirán mi recuerdo en los libros de La Comedia. Volverán a rodar en secreto pelos de mi pierna, arrancados destrangis por robots diseñados por flores silvestres de la periferia, otrora llamadas putas, enviadas por mis enemigos para clonarme y poder seguir robándome. Resucitaré al tercer día, como la anterior vez, y convertirán ese tres en la letra que le corresponde en el diccionario, la C., y llamarán a ese año El Año de la Comedia, para hacer estampitas con mi cara y venderlas los domingos en el rastro.

Estoy tan seguro de todo esto como de que me persiguen en este instante. Pero no cejaré en mi propósito. Dejaré constancia. Ya vienen. Pronto volveré a conectar.

C.S.

UN TIRO AL CULPABLE DE MI SOLEDAD.

UN TIRO AL CULPABLE DE MI SOLEDAD.

Voy a estafar en las calles más sucias del barrio. Hoy es mi noche. Llevo cinco copas y media encima, un pasamontañas en la mochila, junto a un tajalápiz, y en el bolsillo llevo un móvil y un poco de arena. En cuanto consiga la guita que quiero, me pillaré una casa con jardín en las afueras de Gijón y construiré una muralla circular alrededor de ella.

Tendré un establo sin caballos y cada día cavaré con mi pala tres veces en un círculo imperfecto dentro del establo. Como poco, por cada palazo, sacaré un kilo de tierra que quitaré y tiraré por encima de la muralla. Cada día quitaré tres kilos, cada mes, noventa kilos, cada año, mil ochenta kilos. Sin mucho esfuerzo, llegaré al centro de la Tierra antes de mis cincuenta años. No creo ser demasiado exigente en la vida, me gusta tomarme alguna copa de vez en cuando, no creo que sea un crimen.

Desde mi lecho de muerte saludaré a todos los presos, y cuando llegue al cielo mormón, me juntaré con George Jackson y toda su peña de los Panters, incluido su brother, y mataré yo su soledad, pero antes, mientras viva, quiero salir del trabajo antes de tiempo diciendo que voy a pagar una multa a Hacienda, y, en vez de esto, correr hacia el parque más lejano hasta que me duelan los pies y me revienten los pulmones, tirarme encima de la hierba y arrancarla de la tierra a bocados, a dentelladas.

Puedo discutir durante dos horas sobre si el asesinato que voy a cometer tiene legitimidad moral desde el punto de vista anarquista o no, pero lo que importa realmente en los fondos bajos del Raval, es que las flores de Sarriá no hacen cola para comer en iglesias ni comedores sociales junto a mal olientes alcohólicos ni mujeres con gafas de aviadores. Ellas se lo pierden. Flores pisoteadas suelen ser más divertidas, pero ojo, también más pisoteadas. El caso es que hoy salgo, y ya sabéis lo que pasa: la ciudad, sexy. El ciudadano, también. Me ofrecen costo a cada paso que doy, ¡que no me gusta, cojones! ¡paso! Os dejo todos los porros, el hachís, la hierba y el tabaco para vosotros.

También paso de usar palillos en un bar, yo lo que hago es gastar servilletas todo el rato, a cada traguito de Pájaro me limpio con una servilleta, la hago una bolita y la dejo en el cenicero. Es como para volverse loco. Cuando bajé, en medio de la noche, con mis cinco copas y media encima, ya no había nadie en la calle. Me había equivocado de día. Me había equivocado, una vez más. Lo que decía no tenía sentido para ellos, que rumiaban y susurraban en corro, una vez más. Solo me di cuenta por un pequeño detalle: las casas de protección oficial con el símbolo de la falange, que doblaron sus flechas y me apuntaron directamente diciendo: Este es el cuerpo de Cristo, agachado, a cuatro patas.

Había perdido a mi víctima y todo mi plan se venía al garete. Pensé en gatitos arañando ovillos de spaghetti a la bolognesa. Pero, ¡joder! No es que tuviese hambre precisamente…
Tenía más ganas de potar que otra cosa, de vomitar… Tenía ganas de haber sido YO el que dijera que mejor no hubiera dicho que tenía ganas de haber sido el asesino de John Lennon. Tiré un triple. Encesté.

Por fin las cosas me empezaban a ir bien. Paseaba gordo y sin adicciones (tan solo compraba el periódico todos los días a la misma hora en el mismo sitio), mirando a la gente por encima del hombro. Mis zapatos estaban relucientes, podía ver mi cara rechoncha en ellos. Me crucé con Margarita Peñas, la loca del billar. Me retó a jugar una partida, pero primero le pedí que me invitara a una copa, a un gin-tonic. ¡Mierda! Estaba volviendo a las andadas…Esa puta loca…

Margarita cogió su su su rrando su bolso y pagó; yo casi no entendí lo que le dijo a la camarera al oído, casi tocándole la orejita con la lengua. Seguro que algún piropo. La Marga le daba a todo, tanto en gustos sexuales como en drogas o bebidas. Llamada por la otra línea. Contesté y no era nadie. Aquello era extraño, yo ya no estaba gordo, yo tenía que conseguir salir de la droga, pero un niño de quince años marroquí me amenazaba sonriente con una mariposa. ¡Menudo Hijo Puta! Y lo peor era lo de los sueños. Mis amigos ya no querían saber nada de mí porque yo no podía dormir. Un psiquiatra intentó razonar conmigo, pero le robé la bicicleta.

Un sargento de la policía me insultó sin venir a cuento. Yo tenía multas sin pagar, así que hice como que no le oí.

Pasaron unos años, y yo fui dejando mis sueños pasar. Algún que otro problema, pero la mayoría del tiempo estuve relajado. Sobreviví a mis temores y a tres generaciones de grillos que tenía en pequeñas jaulas en mi habitación para que me cantaran por las noches.

Por fin me había dejado de mear en la cama, el disparo más efectivo que hice en mi vida contra ti, que me trajiste la soledad. Por fin era un ciudadano sexy... muy, muy SEXY.

martes, 12 de julio de 2011

El Popeye

Soy una bolsa de pedos con algún concepto sobre pesca en el cerebro y nula habilidad manual, eso sí, con un corazón de plata. Nací pelirrojo, pero me teñí de rubio para regentar un bar del Viejo Oeste, ya que igualmente se me hubiera decolorado con los efluvios del whisky.

Viví posponiendo la muerte (no conozco otra manera), aunque aceptándola como parte del ciclo de la vida, inevitable, como los pedos, los eructos, las copas…

Dividiría mi vida en tres etapas:

-Nacimiento y justificación de la risa.

-Descubrimiento del Vino y el vello público.

-Consciencia de lo inevitable (o, como le gusta llamarlo a mi hijita: “La teoría de los pedos”).

Sobre los veinte años salí un día a la calle y llovía agua caliente. Quizás, mejor que caliente, sería decir templada. Así que volví a subir a mi piso. Por aquel entonces vivía en un quinto sin ascensor, subir las escaleras era un martirio para los oídos porque había varios obreros instalando el nuevo y esperado ascensor.

Fue un año de pesadilla y siestas fallidas por culpa del dichoso ascensor. Cuando por fin terminaron la obra me tuve que mudar de piso, toda una broma de humor inteligente de Nuestro Señor Jesucristo (el dueño del piso).
                                                                                    
Decía que subí a casa para coger el paraguas de agua templada. Una vez en el portal, lo abrí: paró de llover. Iba a casa de mi amigo Javier, sin la menor idea de que ese día iba a ser tan…especial. Para llegar a su casa tuve que sortear varios coches a toda velocidad que no respetaban mi afición por cruzar con el semáforo en rojo, perder cinco euros en rascas de la ONCE y retrasarme dos horas bebiendo cerveza de melocotón californiano en un bar decorado con cuadros de músicos de jazz.

Al llegar al portal de Javi, cerré el paraguas y lo puse en modo escalera de pintor. Javi tenía más problemas de vivienda que yo: vivía en un sexto sin escaleras.

Por suerte, siempre dejaba la ventana de su dormitorio abierta, supongo que para ventilar el olor de los pedos de su novio, al que llamábamos “El Popeye”. Llegué al resquicio de la ventana y vi aquella escena que cambiaría mi vida para siempre: Javier estaba chupándole la polla al Popeye.

Lo del Popeye y los pedos es la repanocha. Le llamamos Popeye por que está muy fuerte y marca cada un de sus músculos en las distintas camisetas ultra-apretadas que tiene en su haber. Para sus interminables entrenamientos (“entrenos”, como dice ella) en el gimnasio (“gym”, dice) se toma varios batidos de proteínas al día. De ahí lo de su ojete implacable y el raro y extremadamente asqueroso olor de sus gases.

Lo raro de todo en mi avistamiento, ahora que lo pienso, fue que tardé unos segundos en reaccionar, como espiándolos, no sé por qué. Vi como Javi succionaba con pasión mientras sus rizos se balanceaban adelante y atrás, con fuerza, con ganas, con ritmo…

Pope no hacía más que mirar al techo, con los brazos en jarra, guiñando los ojos, como si hiciera fuerza para levantar pesas o para cagar. Creo (y siempre creí) que Popeye no está para nada enamorado de Javi. Simplemente lo utiliza para “descargar” la tensión entre su trabajo y los entrenamientos en el gimnasio. Desde que vi esto, también pienso que el tío no ha disfrutado (ni tiene pensado hacerlo) del sexo jamás. Lo usa como una vía de escape y punto. Como quien se lava los dientes con fuerza por la noche, por pura cordura. Según me cuenta Javier, incluso lo añade como algo fijado en su calendario de comidas y entrenamientos. “Lunes, 19.00h, sándwich de pavo y mamada”. En fin, es su problema.

Decía que tardé más de lo esperado en reaccionar, por que a mí tampoco me atrae demasiado la idea del sexo, y mucho menos el rollo voyeur.

Cuando por fin lo hice, lo primero que se me ocurrió fue volver a bajar por la escalera y hacer como que no había visto nada, pero antes de dar el primer paso atrás, me di cuenta de que Popeye ya se había corrido, así que ya no les iba a molestar.

C.S.-Hola Javi y Pope… Tengo lo que me pedísteis, no quiero molestar…

Javi- Tranquilo tío, pasa. –Y, pasándose la manga del pijama por la boca para limpiarse, añadió- ¿qué conseguistes?

Y vuelta a empezar. El Javi se metió un poco de todo, para variar. Siempre que está una semana o más de barbecho y consigue algo de material, se pone de todo lo que pille lo más rápido posible. Su problema es el ansia, supongo que por que está desesperado con su propia realidad. El Pope solo fuma costo, así que por lo menos lo vigila para que no se muera o le den ataques, que ya le dieron alguna vez, incluso de sangrar por la nariz y por la picha al mear. Yo ya no tenia nada que hacer ahí, así que me fui, eso sí, sin dejar de pensar en lo que había visto antes.

Puse la escalera de pintor en modo paraguas de agua templada y me tiré en plan Mary Poppins hasta posar suavemente mis piececitos en el asfalto. Tenía la pasta que necesitaba y eso era todo. No había más que rascar de esa peña, me había llevado unos pavos para pagar gastos y poco más. Lo único, el recuerdo de la mamada en los ojos, y los pedos proteínicos del Pope en la nariz. Dos cosas que se han quedado en mi cabeza unidas para siempre. Por eso siempre que me la chupan tengo que ponerme una pinza en la nariz. Mi chica me dice que soy como el perro de Pavlov, pero yo prefiero que me llamen simplemente Ciudadano Sexy. Muy, muy, sexy.

“Viaje sin viejos”

Viaje sin viejos
(Parte I)
“Si esto no es Comedia que baje Dios y lo vea. Si consigues que baje, dime si Dios no es el mejor Cómico del Universo y La Biblia el Chiste más gracioso y mejor contado de La Historia. Probablemente no, pero, diablos, ¿a quién le importa?” – Isaías Zorzas.*

El coche se me iba de las manos en cada curva. A mi lado, mi chica, tan linda como siempre, la única novia que tuve, desde los quince hasta los veinticinco.
Era nuestro primer viaje juntos sin nuestros viejos. No es que hubiéramos viajado con sus padres y los míos alguna vez, pero sí ella con los míos y yo con los suyos, nuestros viejos entre sí, y viceversa, TODOS ciegos.

Íbamos por carreteras nacionales en un SEAT Albacete rojo que me había comprado de segunda mano en Gijón hacía unos meses. El coche tenía un alerón bastante guapo, con una pegata de “Pont Aeri” (¡mítica!), y la música zumbaba a toda leche retumbando en nuestros tímpanos. Por aquellos años solíamos escuchar solamente cd’s grabados por mí y mi colega Rober “El Dientes” en su casa, la mayoría con chistes absurdos, improvisaciones, canciones cutres y comentarios de cara a un posible viaje: éste era el caso.

Yo me había sacado el carné hacía ya dos años y no le acababa de coger el punto a las curvas, no me gustaban, pero no quería decirle nada a Mónica: ella odiaba secretamente a sus amigas que hacían dietas. Las de la carretera también eran pesadas y no me gustaban demasiado. Llevaba ocho horas conduciendo sin parar y estaba que me moría por parar a echar una meadita y despejarme del mareo por tener que concentrar tanto la vista.

Cuando conseguí parar en un arcén, me costó un huevo conseguir mear, no me salía, y, cuando el bendito chorro comenzó a salir, aquello parecía un sifón… Un manantial amarillento regó con su calidez mis manos, que froté entre sí. Con ellas mojadas, me acaricié la frente y las mejillas, y fui restregando poco a poco con mayor fricción los dedos meados por cada centímetro de mi cara. Luego, cuando sentí que me quedaba poco por salir del tanque, hice un cuenco con mis manos y las llené con mi pis, del que salía humo, pues estábamos a muy baja temperatura. Esperé un segundo mientras Mónica me miraba entre asustada y divertida, y me lo eché todo por la cara: fue como un orgasmo caliente en la cara o un abrazo de amor verdadero. Aquello me reconfortó realmente.

Mónica se subió en el asiento del conductor de un salto y se tiró un eructo MUY, MUY, pero que MUY fuerte. Sonoro. Justo de los que odio. Yo me senté de copiloto y le di al play.

-          “Viaje a Euskadi / Ciegos de pastis / All for the pary / say: I’m Crazy, Baby…” (Dientes).

En cuatro horas más, y tras unas indicaciones de un tío con coleta que tenía una tienda de muebles en la carretera y la bragueta desabrochada, llegamos a nuestra primera parada: Irún. Allí dejamos al autoestopista francés que habíamos recogido a la salida de San Sebastián. Estaba un poco loco y bebido, pero nos cayó bien (a pesar de que solo aportó cinco euros para gasolina...)………….. “palabras rimbombantes” dijo al despedirse.

Mónica y yo paramos a echar gasolina antes de entrar en territorio francés, donde es más cara, y nos fuimos a tomar UNA copa en el bar de la gasolinera. Cuando pedimos la cuarta (ella, destornillador, yo, gin tonic) se sentó en nuestra mesa un cacho carne de unos dos metros y bastante ancho de espaldas…La conversación fue algo así:

Cacho Carne -Hola…¿queréis venir a mi casa? –da un trago a su cartón de Don Simón – Soy de aquí, vasco, pero extremeño por parte de padres…¿De dónde sois? Asturianos ¿a que sí? Tengo familia asturiana, en El Coto y en La Calzada…en Gijón… ¿me invitáis a una cerveza?

Mónica- No tenemos dinero…-y, diciéndome a mí al oído- Este tío huele mal… Vámonos ya.

Yo- Lo siento colega, nos tenemos que ir, tenemos que llegar a Burdeos antes de que se haga de noche… Hasta luego.

CC – (levantándose bruscamente y tirando un poco de vinate por el suelo)- ¡No vais a ningún lado! ¡Quiero mi birra y me la vais a pagar!

Etc…….

Bueno, según le estaba dando puñetazos en la cara, me vino un pensamiento, que fue el siguiente: después de este numerito no creo que se acuerden de cobrarnos las copas, y son por lo menos veinte euros… Así fue, arrancamos el coche y los de la gasolinera nos saludaron con sonrisas, despidiéndose, – estaban hasta las narices del tipo en cuestión – y en menos de medio minuto ya estábamos incorporados a la carretera. Muy, muy sexy.




*- “Interpretaciones absurdas de libros inexistentes”, pg.24, N. del T., que es un H. de P.

lunes, 11 de julio de 2011

Presentación

Buenos días a todos los posibles lectores. He abierto este blog, mi cuaderno, testigo de que he vivido bajo la máxima que le da título al blog y que es vivir en broma, haber vivido la vida en broma, o haberme dado cuenta de ello con el tiempo, haberlo tomado todo a risa y vivir de, para, con la comedia y sus diversas formas animales, explicando o exponiendo en él mis intereses e inquietudes frutos de dicha vida. Un poco contrario a Jaime Gil de Biedma cuando afirma “Que la vida iba en serio uno lo empieza a comprender más tarde” en su poema “No volveré a ser joven”, yo me doy cuenta ahora, más tarde, de que todo ha sido una broma, no sé si del destino o mía propia (o quizás me la gastó mi abuelo, como lo hacía cuando yo era pequeño diciéndome que se había quedado calvo por culpa de una bomba en la guerra civil que le pasó rozando la coronilla).

Disfrutar o sufrir esta broma que es la vida y dejar testigo de ello en un blog, o donde sea, en un afán mitológico o literario, para quien pudiera tener curiosidad por cada pequeña broma, como la tiene un servidor, es algo que me sale como un impulso y también como algo premeditado: como la premeditación de un impulso, o el impulso de ser premeditado. Sea lo que sea, aquí está, bajo el título que incluye la web: http://www.supequemividaeraunabroma.blogspot.com/ , como una verdad largo tiempo ocultada, a propósito; un infinito pasillo repleto de cuadros de cara a la pared.