martes, 6 de marzo de 2012

Ciudadano Sexy: Sobre la violencia en el humor.

Sobre la violencia en el humor:

Por supuesto que considero lícita, y, a veces, incluso necesaria, la violencia en el género que nos ocupa. Me refiero a que “nos ocupa” ya que está alojado dentro de nuestros corazones bastardos y nuestras cabezas taradas. Somos conscientes de la gravedad de este tipo de afirmaciones para la gente “seria” o “cuerda”, pero como diría Raúl Cimas o “El Trolacas”, esa gente, a mí, me suda los cojones…

Entiéndase que no me importa su opinión en cosas tan debatidas y repensadas, al menos por mí y la gente “loca” o “bromista” como el uso de las violencias para la consecución de la risa. Es precisamente este debate interno, este reflexionar acerca de la Comedia, este proceder violentamente por y para la Comedia, el que nos hace convertirnos en ese tipo de personas “bromistas” o “alocadas”. Sí estuviésemos en contra de la violencia por el humor, si estuviéramos a favor de ponerle barreras a la estupidez, si nos preocupase lo que piensa el vecino de al lado más que echar una risotada, entonces seríamos como ellos. Al serlo, no habría debate posible. Ni si quiera se plantearía; Así que claro, estamos por la violencia, y es, en parte, lo que nos hace ser quienes somos. Por eso precisamente no vamos a debatirlo ni a pensar si quiera en si la aceptamos o no.

Ni de lejos queremos o quiero entrar en ese debate; sólo hay dos salidas posibles: reafirmarse, con lo cual, habremos perdido tiempo sin reírnos, y la otra opción: convertirse en uno de ellos. Tan sólo con salir a la calle o entrar en cualquier establecimiento y mirar a un par de personas a los ojos ya puedes estar convencido de que estás a gusto como estás, aunque no tanto como ellos con su rol. Pero esto no es lo importante, no elegimos la opción majareta por su comodidad. De hecho, odiamos la comodidad.

Es por todo esto que me meo en el debate sobre la violencia en la Comedia, ya que, por supuesto, la violencia es clave. Y hacha.

Ciudadano Sexy.