martes, 23 de agosto de 2011

LA IMPORTANCIA DEL CORCHO EN LAS BOTELLAS DE SIDRA 3

TERCER ACTO


¡Vamos, mamonazo, no pares hasta que me sangre el culo a chorros!

 Pero… ¿Estás segura? Creo que está astillada…

Tú sigue hasta que yo te diga, ¡no pares de moverlo, joder!

¿Así?

¡Sí, joder! ¡Con fuerza!

Te gusta, ¿eh? Eres una perra, ¡joder, te está sangrando! ¡Te está saliendo mierda con hilillos de sangre por todos lados! ¡Jodeeer!

¡Aaaah, sí! ¡Lámeme la mierda, joder! ¡Cómete mi mierda, cabrón!

¡Baaaaaahf! ¡Me encantaf cofmerme tu caca, gff!

¡DIOS MIO CARIÑO! Para ya, que te va a volver a dar lo del hígado… Es el mejor anilingus que me han hecho nunca… ¡Estoy que me desmayo!

Pues esto no acaba más que de empezar… Voy a calentar aceite, ¡ni te muevas, zorra!

-Venga, ya vale chicos. Buen ensayo. Tomaos un descanso de cinco minutos.

-Señora Asnal, antes de que diga ninguna de sus críticas de mierda, le voy a decir una cosa: Este nuevo guión es fantástico, me pone las pilas, ¿sabe? Toda esa escatología camuflada da una visión mucho más carismática de mi personaje que cuando sólo pegaba a la prostituta o se meaba en su ojo. Me encanta señora, mis respetos. Con todas las letras, esto es A R T E.

-Oh, querido, no es nada… Tan sólo un poco de inspiración… ya sabes…

-¡Es verdad, mamá! No menosprecies tu obra. Con esta te has superado, ¡está clarísimo! Vamos a triunfar en Brodway, a los yankees les va a encantar tu guión. Y Paulino… Sencillamente has estado genial. Ven aquí, ¡abrázame!

-¡Oh, mi amor! Por fin parece que todos estamos de acuerdo… Esto marcha bien, joder, noto compenetración entre todos. ¡¡Esto es teatro!!

-Bueno, chicos, bueno… Caldead esos ánimos. La cosa va bien, es cierto, pero no podemos dormirnos en los laureles. El teatro es ensayo mas ensayo mas ensayo, y, luego, más ensayo. Y cuando creamos que estamos preparados, ¡más ensayo!

-(Por lo bajini)- Y sidra y más sidra…

-¿Qué has dicho, Paulino?

-Nada, señora Asnal…

-Siempre tienes que hacer la gracia, ¿verdad?

-Hombre, piense que vengo de la televisión, lo que usted llama la telebasura intelectual, ¿no? Es defecto de profesión… Allí no somos tan sacrificados como en el teatro, señora Asnal…

-Deja tu fina ironía barriobajera para las tertulias sobre comer pollas, Paulino… Estamos en un ensayo. Sandrita, ven aquí. ¿Ves lo que hace tu novio?

-Mamá, tranquila, ser gracioso no es ningún título nobiliario, ¡déjale que disfrute!

-No, es que parece que para tu madre todo tiene que ser serio, perfecto, medido, en definitiva, hasta el más mínimo detalle, ¿verdad? Y supuestamente el humor y la comedia no tienen cabida en las cosas serias, ¿no, señora Asnal? Según usted, lo serio sólo puede albergar seriedad, y la comedia es algo absurdo con lo que ni si quiera un vagabundo osaría coquetear.

-Mira, querido… Las cosas no son ni blancas, ni negras. Las cosas son, sencillamente, como yo diga que son, ¿entiendes? Por lo menos mientras sea la directora de esta obra. Yo llevo en el teatro unos cuantos años, creo que más que tú, ¿estamos de acuerdo? Partiendo de eso, te puedo decir que he conocido a muchos cómicos y actores cómicos Y NINGUNO de ellos ha tenido nunca la más mínima posibilidad de ser llamado a filas de grandes directores como Pérez o Álvarez de Napos… No es que no nos guste reírnos, es que, en el teatro DE VERDAD, lo que buscamos es llegar al alma del espectador, público, el alma de la gente, su corazón… Y, ciertamente, la comedia puede hacer reír, ¡pero nada más! ¿Comprendes lo que quiero decir? Una botellina de sidra, puede estar muy rica después de beberte cuatro o cinco botellas antes y estando con amigos que te hacen reír, pero luego, de noche, cuando llegas a casa, o quizás a la mañana siguiente, cuando te levantes, lo notarás. Notarás que esa mierda de sidra -que podrías haber evitado beber tan sólo mirando el corcho- le ha sentado mal a tu organismo, y ni si quiera te ha valido para nada. Cuando te tomas una buena botella de sidra, que llena tu paladar como una marea furiosa, osada, bendita… Esa sensación… ese sentimiento, que, obviamente, es indescriptible… Te hace sentir, te hace volar… Te hace sufrir, rememorar tus penas, olvidarlas, a veces. Alegrarte, hablar todo el rato como si cada una de tus frases fuesen las más inteligentes, y, de hecho, lo son; y conforme más sidra buena – a la cual, previamente le has mirado el corcho- bebas, vas alzando el volumen de tu voz, aunque no haya nadie hablando, ni ningún ruido que te interrumpa, sólo tiene que resonar la música de tus palabras, que todos escucharán en silencio, sabiéndolas sabias e irrepetibles, irrepetibles bajo el influjo de la buena y honrada sidra que previamente has ingerido, la sidra que te da la posibilidad de comunicarte, ser, y sentir… y eso es el TEATRO DE VERDAD. El que te deja una huella imborrable, como la buena sidra previamente mirado su corcho. Como la verdadera religión, como encontrar el amor puro. ¿Me entiendes por fin, querido?

-Mamá, me has hecho llorar… Ha sido fabuloso…

-Entieno, señora Asnal, que es usted una borracha de las buenas. Siente usted pasión por la bebida y no por el teatro. Creo que estaría tan a gusto en una tasca de mala muerte como su camerino de mierda pintado de rosa y lleno de perlas. Esto no existe. Sólo es un sueño que usted se ha inventado. Ninguno somos actores, ni si quiera soy el novio de Sandrita, y esto ya es pasarse. El alcohol le ha hecho tener unas fiebres con las que ha soñado ser directora de teatro alcohólica, cuya hija es la principal actriz, y, a su vez, tiene un novio que hace de personaje principal en la obra que ella misma ha escrito. Pero es todo una ensoñación producto de los efluvios de la priva, ¡es soñado, joder! Díselo, Sandrita.

-¡¡Paulino!! ¡Para ya! No intentes volver loca a mi madre.

-No, hija. Quizás sí que esté soñando. La verdad es que me he tomado unas cuantas copas antes de venir… Ya notaba yo que me encontraba mal…

-¡No, mamá! ¡¡no piques!! Es lo que quiere Paulino… ¿No te das cuenta de que si en tu sueño eres la directora alcohólica y te das cuenta de que has bebido hoy, sería parte de un personaje creado, y no una locura por haber bebido esas copas hoy? Es decir, esas copas formarían parte del sueño que dice Paulino, ¡pero no lo creas! ¡Es sólo un bulo! Sería mediocre quien crease unos personajes de teatro que representasen una obra de teatro… Aunque bueno… a este paso… ¡no vamos a lograr representarla nunca!
-Es verdad Sandrita… Perdona mi momento de debilidad... Además, yo nunca la haría sin acotaciones ni nada… Eso sería propio de gentuza, como Paulino, ¡bastardo! ¡Vas a acabar volviéndome loca!... ¿Paulino?

-Mamá…Se ha vuelto a ir… Me ha dicho que no te soporta cuando estás pedo, que así no puede trabajar… y que por eso se va.

-Déjale, hija. Ensayaremos tú y yo.

-Mamá…es que… Yo también pienso que eres una borrachina… Y mientras estés así…prefiero no estar cerca tuya.  Adiós.

-Vale, si eso es lo que queréis, eso haré. Voy a beber hasta que me reviente el hígado. ¡Ya nos veremos!

1 comentario:

  1. Me quito el sombrero. Un trabajo muy honesto y bueno. Sigue adelante con tu blog. Saludos.

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