La locura instaurada en la vida cotidiana: un niño se lleva una rebanada de pan con Nocilla a la boca; ése es mi concepto de locura.
Imagínate la Nocilla en lengua y paladar, pegándose, cambiando el color de la boca, manchando los dientes.
Su madre le llama al orden:
-¡Límpiese usted los zapatos! - muuuge la madre para acto seguido encender la radio...
La radio eleva a las estrellas la joven mente: se imagina a sí mismo de mayor, llegando tarde a casa y excusándose con su esposa mientras se afloja la corbata (en la ensoñación es rubio, a pesar de ser moreno):
-Perdona mi amor, que me he encontrado con "el Herminio" al salir de la oficina y me ha liado-dice el niño tambaleándose ligeramente...
Ya ven, las mentes de los niños. Por eso, cada vez que veo a un niño llevarse el pan con Nocilla a la boca ruego a Dios que plante más manicomios.
Todas mis otras personalidades piensan igual, ¿no? De todas formas ya se ha acabado todo para todos.
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